lunes, 12 de septiembre de 2011

Si no se te ocurre nada que decir, miente

Las palabras no sólo sirven para expresar las emociones, también ayudan a distanciarnos de estas. Pueden ser una valiosa red de seguridad, que protege al corazón de una excesiva exposición, que parcela los verdaderos sentimientos en sílabas forjadas concienzudamente y no en efusiva sinceridad. También pueden ser malinterpretadas, infligiendo heridas al formular en la mente del otro una falsa impresión. A veces, hay cosas que es mejor callarse.

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